Offitium Beatae Mariae.
Salamanca: Lucas Junta, 1583
[27], 199 p.
El ejemplar del oficio mariano de la Biblioteca franciscana de Santiago, contiene el
Oficio parvo de la Virgen María según el uso monástico benedictino de los monasterios de la Congregación Benedictina de Valladolid, impreso en Salamanca en 1583 por Lucas de Junta (†1594), quien en 1575 se establece en la ciudad. Tan solo mantiene el taller activo en el periodo que va desde 1580 hasta 1584, disponiendo de cuatro prensas activas, con ánimo de ampliar el negocio y cuyos trabajos salmantinos trataban temas litúrgicos y jurídicos preferentemente, de los cuales, este oficio es testimonio de una de sus obras impresas.
Se trata de un ejemplar raro, que contiene las vísperas, maitines, laudes, las horas menores de Prima, Tercia, Sexta y Nona, salmos penitenciales, letanías, preces, vísperas de Oficio de difuntos, 1º, 2º y 3º nocturno, Laudes, sufragio de los santos, Oficios para las advocaciones de la Virgen, Ángeles Custodios, etc., y oraciones devocionales.
Durante el siglo XIII, era una práctica común en Occidente añadir oficios y rituales suplementarios al oficio canónico, entre los cuales el oficio parvo permaneció vigente hasta el siglo XVI, incorporando el Oficio de la Cruz y el de los Santos.
En este período de evolución del culto mariano, los centros monásticos desempeñaron un papel predominante. En particular, en la liturgia benedictina, el culto a la Virgen siempre ha tenido un lugar destacado desde sus orígenes. Los benedictinos fueron quienes impulsaron prácticas como la dedicación de los sábados a la Virgen, las misas votivas y el Oficio parvo.
El uso litúrgico de los monjes benedictinos de la Congregación de Valladolid, representado en este libro de 1583, tiene sus raíces en la fundación del monasterio de San Benito de Valladolid en 1390.
La fundación del monasterio de Valladolid, que más tarde se convertiría en la sede principal de la Congregación de la Observancia del mismo nombre, fue impulsada por Juan I de Castilla, segundo monarca de la dinastía Trastámara, quien mostró un firme compromiso con la reforma del clero. Encargado de liderar la reforma benedictina en el reino de Castilla, los primeros años de este monasterio estuvieron marcados por dificultades, y la reforma avanzó lentamente a lo largo del siglo XV.
El propósito de dicha reforma era transformar las costumbres de los religiosos, basándose en la observancia estricta de las reglas primitivas. Sin embargo, también tenía el objetivo de crear una congregación lo suficientemente poderosa como para agrupar un gran número de monasterios, lo que permitiría ejercer control sobre sus bienes y rentas.
El impulso reformador fue especialmente evidente durante las dos últimas décadas del siglo XV, cuando se llevaron a cabo muchas de las incorporaciones de monasterios benedictinos a la comunidad de San Benito de Valladolid. Con el ascenso de los Reyes Católicos, los programas de reforma eclesiástica alcanzaron su punto culminante, consolidando una estrecha relación entre la Iglesia y la Monarquía, y continuando con la política de unificación de los monasterios castellanos bajo la autoridad del de Valladolid.
La denominación oficial de la Congregación de San Benito de Valladolid, con pleno derecho tiene base legal en la bula papal emitida por Alejandro VI en diciembre de 1497. En dicho documento, se aprobaba lo decidido en el Capítulo General de la Observancia de Valladolid, estableciendo las bases organizativas para constituirse formalmente como Congregación. Sin embargo, las fuentes históricas tradicionalmente sitúan su creación oficial en el año 1500, cuando la mayoría de los monasterios aceptaron la bula y se redactaron las Constituciones correspondientes.
A partir de ese momento, al Superior de Valladolid se le otorgó el título de Abad del Monasterio, siendo fray Pedro de Nájera el primero en ocupar este cargo. Nájera fue designado reformador general de las comunidades benedictinas por los Reyes Católicos, permaneciendo en el cargo hasta 1509. Además, el Abad del Monasterio también ostentaba el título de General de la Congregación, hasta que en 1670 ambos puestos fueron separados e independizados.
El periodo de mayor esplendor de la Observancia y de la Congregación de Valladolid se extendió desde el siglo XV hasta mediados del siglo XVII. Sin embargo, posteriormente se inició una etapa de decadencia que perduró hasta el siglo XIX, marcada por las leyes de Desamortización, que provocaron la desaparición de un gran número de monasterios en toda España.
Bibliografía
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Congregación de San Benito de Valladolid (España). Disponible en
https://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/autoridad/67608 [Consulta: 13 septiembre 2024].