Convento fundado en el siglo XIII, gracias al testamento de don Martín Leboreiro y de Fernán Martínez, de Santa María de Tamaguelos. En 1305 se sumó el testamento de doña María Eans Gibarra. La familia Manzaneda reconstruye el convento en 1332, además recibieron parte de la testamentaría de doña Mayor Fernández de Biedma, que mandó edificar la capilla de san Juan Bautista. Los testamentos y las donaciones continuaron durante los siglos XV y XVI, una muestra de la relevancia y cariño que profesaban a los franciscanos en tierras ourensanas. En 1925 se fundó una residencia al lado de la capilla de San Lázaro.
Cuenta con unos
fondos documentales muy ricos y variados, debido a las inquietudes de los miembros de la comunidad franciscana y del papel social que desarrollaron desde su fundación.
Una biblioteca que sigue creciendo con nuevas adquisiciones, fundamental para que continúen abrazando el conocimiento
teológico,
histórico y
filosófico.